Mi Primera Vez | Paul Moreno |
- Yayo Uribe
- 9 sept 2019
- 2 Min. de lectura
Soy fan de la gente que hace reír. No sólo del comediante, sí no cualquiera que me provoque una risa. Me considero una persona socialmente incómoda así que el humor ha sido mi forma de conectar con el resto de la humanidad. Siempre he amado las barras de comedia, los cuentachistes y el StandUp. Descubrí el Standup mexicano por Roberto Flores y disfruté bastante más que la explosividad, la sustancia de todo lo que decía y como se me quedó en el cerebro el vídeo que habré visto mil veces (sin exagerar) y la técnica seria pero efectiva. No se escuchaban risas al fondo y yo no las necesitaba, ese humor me ponía de buenas y estaba muy bien hecho…
Creo que en México es difícil presentar actos de comedia porque todos somos graciosos, hasta el más serio tiene algo gracioso que decir y el público te exige dinamismo y algo de actuación en el escenario, cosas que no son para nada lo mío.
Pero al final triunfó la fe en mi sentido del humor e ideas.
Así que decidí intentarlo, decir algunas cosillas que hicieran reír a la gente y luego marcharme feliz de haberlo hecho bien. Pero obviamente todo tenía estructura y la gente se preparaba, cuando veía a Sofía Niño de Rivera veía técnicas hasta de mimos en sus movimientos y hablo de mimos vergas estilo Marcel Marceau. Así que decidí tomar un curso que ofertaba La Caja Popular (Bar de comedia en Querétaro) en Facebook.
Mis primeros encuentros en práctica con el escenario fueron frustrantes, nunca encontré el núcleo de lo que quería decir ni cómo decirlo. Así que me puse a pensar en ideas nucleares muy poderosas, que me dieran de que hablar y así se desarrolló mi primer acto de StandUp.
Recuerdo que en la graduación con público tenía un pánico terrible. Mucha gente que me decía siempre que debería hacer StandUp compró su boleto para verme a mí, alguien que sólo planeó tomar el curso y divertirse una noche de bar y ahora estaba ahí con la expectativa de todos ellos.
Así que me pusieron sólo antes de Raúl Muñoz, a quien busqué para calmarme pero observaba súper nervioso y maldicien
do igual que yo.
Subí y dije mis cosas sin jamás soltarme del atril con unos nervios terribles, ante un público muy bondadoso. Todo funcionó donde quería y como se había planeado. Me di cuenta que en la comedia a mí no me funciona ser deshonesto y que puedo decir algo muy personal pero con un enfoque ajeno o hablar de algo lejano pero co
n mi punto de vista y siempre funciona más mi enfoque, mi verdad.
No sabía que esa noche abrazaría lo raro que soy, lo incómodo y lo absurdo. Que comenzaría una búsqueda por decir más y mejor lo que surgió ese día con una idea de consigna: Mi técnica soy yo. Es mi verdad.







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