|Mi primera vez| Liz Cerón
- Yayo Uribe
- 28 dic 2021
- 3 Min. de lectura
Siempre fui una morrita bien rara, desde kinder era la rarita sentada en el rincón, siempre quise encajar y nunca lo logré, en todos mi círculos me sentí ridiculizada por mis gustos, creencias, incluso mi apariencia, siempre me sentí sola e incomprendida.
A los 15 años se me diagnosticó con depresión y ansiedad y eso influyó mucho en mi productividad y manera de relacionarme con el mundo real, ya no quería hacer nada y me sentía vacía. A los 17 ya no aguanté el sistema de educación convencional y decidí hacer maletas e irme a sentir algo, lo que sea.
"Lo peor que te puede pasar es que no te pase nada" me dijo un buen amigo, así que con sus palabras aún resonando en mi cabeza, decidí independizarme, 17 años, una ciudad nueva, Querétaro. Sola y con solo 3 conocidos decidí empezar de 0, conseguí trabajo y así es como todo comienza.
Tenía un compañero en la oficina quien muy misterioso siempre se iba a las 6 de la tarde en punto:
"Ya no va haber lugar en la lista"
Siempre decía.
Una vez le pregunté a dónde iba y el me dijo "La caja popular" y genuinamente si pensé que era una casa de empeño o apuestas o algo así, le pregunté que qué hacía en ese lugar.
"Stand up comedy" él dijo.
Pero la verdad mis referencias de comedia eran nulas, no me pareció tan maravilloso lo que dijo... hasta que un día me invitó y me enamoré, me enamoré de mis amigos y de lo talentosos que eran, quería hacer lo que hacían, pero nunca me atrevía, me daba miedo.
Martes 05 de Septiembre 2018 College Bar.
Un Martes más, viendo a mis amigos hacer lo suyo, siempre con la espinita de querer subirme pero nunca con el valor para anotarme en la lista. En el escenario está hosteando Julia Tello y nos faltan comediantes, ella hace la propuesta al público:
"Quién se atreva a subirse al escenario, se le regala una cerveza"
Salió el primer valiente, un joven de entre el público que se atrevió a hablar de su trabajo y su vida, y me enojé un poco conmigo, "Él se atrevió, él, que no sabe nada, que no ha observado comediantes por meses... el solo lo hizo" pensé.
Con miedo y poca certeza de mis acciones, levanté la mano, y lo hice... solo lo hice, subí al escenario y fue como si por primera vez, el mundo, ese con el que nunca funcioné, me extendiera la mano y estuviera dispuesto a hacer las paces conmigo, me pidió el caos y me pidió nombrarlo, me pidió tomar mis inseguridades y también mis rarezas y darles una voz, fue alquimia pura, fue tomar lo horrible, lo doloroso y hacerlo mío, hacerlo risa.
Funcionó y solo fue improvisado, mis amigos me felicitaron, me aconsejaron y me prepararon dentro de sus posibilidades para después subirme a la caja popular, bailando de nervios y sin dicción, lo había hecho de nuevo, me había atrevido a tan inmenso escenario y me había enamorado, ya no pude dejarlo. Me sentí abrazada, por fin sentí que era mi lugar. Era como si toda esta vida en la soledad tuviese un propósito; no pertenecer para poder pertenecer, el stand up me devolvió la vida, se convirtió en una herramienta más para sanar, por fin pude aceptar quien era, por fin pude darme voz después de años en silencio, sentí que valió la pena. Me atreví a ser yo.
Gracias Erik, Pilón, Paul, Yayo, Finck, Bubu, Raul y Monica, Carlos y Uly.
Siempre les voy a agradecer que hayan sido mi primer contacto con la comedia, gracias por darme un lugar donde pertenecer, los consejos y la amistad, les quiero y nunca dejan de inspirarme.
Liz Cerón.








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