| Los rostros de la ciudad |

Existen infinidad de formas para apreciar la belleza del mundo, algunos la expresan con su cuerpo, otros con la voz, hay quienes la pintan y otros tantos que la visten, se convierten en ella, la hacen suya en el escenario frente al público. Algunos caminamos, recorremos las calles deleitándonos con las mil y un formas que el arte toma para el gusto de quienes recorremos el asfalto.

Desde el acróbata que entrena horas y horas para poder arrancar el asombro y los aplausos de sus espectadores; hasta el hombre bajo la nariz roja, la cara blanca y los zapatos bombachos que apuesta su jornada laboral con el fin de arrebatar la sonrisa de los transeúntes.

La experiencia también recorre las calles, la edad no parece un impedimento para mover

el cuerpo al ritmo de un buen danzón, los cabellos blancos y los bastones se mezclan con los tacones, las botas y la juventud para crear al público una mezcla perfecta de brechas generacionales, ternura y empatía. Avanza un poco más y te encontrarás con la sensualidad expresada con el cuerpo, a las parejas bailar sin despegar las miradas en un ritual donde los pasos hablan y los movimientos responden; todo en un mismo lugar.

Sigue el camino, sigue los colores, las luces, los olores, deja que la multitud te lleve, aprecia cada rincón, cada lugar. Desde el enmascarado que porta el manto de la muerte hasta el hombre que viste de blanco y negro para no emitir sonido alguno. Observa al mago, escucha al cantante, aplaude al músico, mira a los niños jugar. Hay un violinista a tu izquierda, un cantante de ópera a tu derecha. Deja que los zancos y las técnicas publicitarias te lleven a disfrutar de las artes circenses, o deja que los actores te transporten por un momento a vivir una historia diferente. El arte está en todos lados, no existen exclusividades ni excepciones, el arte está en el abogado de profesión y fotógrafo por pasión, en el arquitecto que sabe ser la voz de la ciudad o en el profesor que sabe cambiar de piel arriba del escenario.

Insisto, el arte está en todos lados, incluso en el caos; porque hay personas que saben ser caos y luz al mismo tiempo, que saben crear sonrisas con tan solo una mirada. Adelante, aprécialo tú mismo, siéntate en la compañía de un buen café ya plática que te quite el sueño. Disfruta el clima y los sonidos; porque esos son los momentos que si compartes con la persona indicada, aprenderás a ver en ella el arte que lleva dentro.

Al final de cuenta es lo que todos somos... Arte.

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