El gato negro
- Yayo Uribe
- 11 feb 2020
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 12 feb 2020
"Cuidado de verme a los ojos simple mortal. Que yo soy el amo del inframundo y de lo que aquí encontrarás. Yo soy Satanás, también me puedes decir Chimuelo"
La señorita de Petco me dijo que estaba muy largo para grabarlo en la placa de mi gato.
Tengo un gato, el cual atraje a mi mediante la magia. Si es que a pedir y pedir y pedir se le puede decir magia.
Desde antes de tenerlo no sabía cómo ponerle. En la lista estaban;
Satanás
Lucifer
Pogo
Chimuelo
Pero al parecer y por obra del espitiru santo (si, escribi Espitiru) venía ya con un nombre. Bagheera.
Al principio creímos que era mágico ya que desaparecía sin dejar rastro ni indicios de haber escapado. Yo me sentía como la mamá de Paulette y eventualmente eso nutrió mi teoría de que los gatos servían como cámara remota para los aliens y espiarnos a través de sus ojos. (Aunque lo sigo creyendo), descubrimos después que solo había encontrado un espacio muy cómodo aparentemente debajo de la estufa.
Al principio estaba enojado, frustrado y triste por no saber dónde estaba o si iba a volver.
Después me di cuenta que ese pequeño Satanas no era más que una proyección mía. Un pedazo de mi escondiéndose, teniendo miedo y buscando calor.
No sé ya si soy un gato pero se que ese gato es mi salvación.
Cambio y fuera.
Cgggg.






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